La industria automotriz alemana enfrenta la exigencia de su plena reestructuración

Bosch es la mayor empresa europea de autopartes y una de las tres principales del mundo, y su producción el año pasado ascendió a 88.200 millones de euros en términos de valor; y la mitad se situaron fuera del continente europeo, y las tres cuartas partes de ellos tuvieron lugar en la República Popular.

Esto ocurrió cuando la orientación estratégica esencial de la industria automotriz alemana ha estado en giro hacia la producción de vehículos eléctricosen base a la decisión del Gobierno de Bruselas de establecer el año 2035 como fecha final de vigencia de los vehículos de combustión interna.

Esta fecha tiene un significado histórico similar a la decisión tomada por el gobierno de Angela Merkel (fue Canciller de la República Federal entre 2005 y 2021) de cerrar todas sus centrales nucleares en un plazo de 3 años; O quizás el verdadero ejemplo -la verdadera metáfora- del año 2035 es el ejemplo de Hernán Cortés de quemar los barcosy dar por terminada la pretensión, incluso para volver al pasado.

Esto significa que a partir de ese momento la regla en Europa será la plena y exclusiva vigencia del transporte eléctrico (Suv’s).

En términos globales, esto implica que a partir de esa fecha los lineamientos tecnológicos y la estructura de costos de la industria automotriz en el mundo serán los establecidos por China, convertido en ese avión de vanguardiacomo en casi todas las demás actividades manufactureras, el centro y eje del sistema mundial.

Esto obliga a Bosch, y a la industria alemana en general, a el mayor problema de los costes de su mano de obrala cual tiene la característica en la República Federal de ser la de más alta calidad en el mundo y también la de más alto nivel del sistema global.

Por ello, Bosch inició el año pasado un proceso de reciclaje de 400.000 de sus mejores trabajadores (tiene un total de 2,7 millones de empleados) con el objetivo de equiparlos técnicamente para la era de la actividad eléctrica que se acerca; y todo ello enfocado a la asimilación de los nuevos lineamientos de productividad (y por tanto de costos laborales) de la industria suv china (o radicada en la República Popular) que es la vanguardia del sistema global.

Bosch advierte que el reciclaje de su personal directivo, especialmente en materia de descarbonización, implicará necesariamente la eliminación de una parte importante de los puestos de trabajo actualesempezando por las cadenas productivas de los motores de combustión interna.

La Cámara Europea de Autopartes estima que se eliminarán no menos de 500.000 puestos de trabajo en los próximos 12 años, con la salvedad de que siempre se refiere a los trabajadores de los departamentos de fabricación de automóviles (o de piezas y componentes); En cuanto a los integrantes de los sectores de diseño, logística y supervisión, se ofrecerán cursos para asimilar las nociones fundamentales de la Inteligencia Artificial (IA).

En definitiva, la industria europea del automóvil no tiene otra alternativa que llevar a cabo un proceso de reestructuración a gran escala, con la recalificación completa de su plantilla; y esto va a implicar inexorablemente un fenómeno de desempleo masivo, que se va a acentuar en la etapa final del período que lleva al 2035.

Alemania no ha conocido el desempleo masivo desde la década de 1930, cuando estuvo acompañado por la hiperinflación y el gobierno hegemónico del 3er Reich y Adolf Hitler.

De ahí que la ocupación plena de la República Federal, que es su rasgo social distintivo, se haya convertido en parte de la identidad nacional; y ahora se enfrenta a este reto de la reaparición del desempleo masivo.

No hay vuelta atrás, no hay forma de volver a un pasado que ha sido superado irreversiblemente por la aparición del mundo asiático, en primer lugar China, que se ha convertido en el líder mundial en fabricación.

Ante esta situación, Bosch mantiene la necesidad de desarrollar nuevas actividades automotricesespecialmente las fundadas en la industria del “hidrógeno verde”, situadas más allá de la elección entre motores de combustión interna y vehículos eléctricos.

Además, llegados a este punto, la principal cuestión a la que se enfrenta Alemania, y Europa en general, es hacer una elección fundamental y definitiva sobre su relación y el sentido de China.

Adelante no hay lugar para ningún tipo de ambigüedad estratégica. Las categorías de Guerra Fría son inútiles, son un puro anacronismo.

Al mismo tiempo, el gran fabricante alemán de autopartes insiste en enfatizar la necesidad de una integración cada vez más acentuada con la República Popular, partiendo de la premisa de que en Oriente está el núcleo del futuro de la industria del mundo; y por tanto es allí donde la fabricación alemana (que practica el principio de que “…sólo la perfección es aceptable”) debe alcanzar su máximo esplendor.

La cabeza de la Segunda Revolución Industrial fundada en la industria del automóvil siempre ha estado en manos de Alemania, lo que entonces se llamaba Segundo Reich, y ahora República Federal.

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