La nueva batería que puede evitar la futura crisis del coche eléctrico

La nueva batería tiene la misma eficiencia que las tradicionales, pero cuesta la mitad y no usa litio ni otros elementos escasos en nuestro planeta que ponen en peligro el futuro de los coches eléctricos

Los expertos advierten que de continuar con el actual ritmo de producción de coches de baterías, el litio se acabará en 2040 y ya no se podrá reciclar más allá de 2100. Algunos fabricantes como Tesla ya están buscando nuevos elementos que lo sustituyan. Otros, como Toyota, están usando hidrógeno. Pero ahora, una compañía estadounidense asegura que está a punto de lanzar al mercado una nueva arquitectura de batería que no lleva litio, pero que mantiene la misma eficiencia a la mitad del coste.

Alsym Energy, una compañía de Massachusetts, en los EEUU, ha anunciado que tiene un nuevo sistema de almacenamiento de energía para el transporte eléctrico que promete un rendimiento similar al de las baterías de iones de litio, pero que es mucho más barato, seguro y más sencillo de reciclar.

Cómo funciona

La compañía asegura que ha buscado nuevos materiales que sean baratos y que escapen de la inestabilidad  de la cadena de suministros internacional. Los componentes de la batería no se conocen del todo todavía, pero la compañía asegura que no contiene níquel, litio o cobalto, materiales que además de caros son difíciles encontrar y reciclar.

Se sabe que el cátodo de esta batería está fabricado principalmente con óxido de manganeso, el ánodo con otro óxido metálico y el electrolito tiene una base de agua. Según las estimaciones de la compañía su precio final será de menos de la mitad de lo que cuesta una batería de litio convencional. Y además, los materiales que usan no son tóxicos, por lo que su reciclaje sería mucho más sencillo.

“Estamos asistiendo a una competición mundial para sacar al mercado nuevas baterías. La mayoría de las empresas se centran sobre todo en el rendimiento y apenas piensan en hacer que sus baterías sean más seguras y rentables, especialmente para el mundo en desarrollo, donde los consumidores son más sensibles al precio”, explica el doctor Nitin Nohria, presidente del consejo de asesores empresariales de Alsym Energy y ex decano de la Harvard Business School. “El equipo de Alsym Energy está trabajando para garantizar que sus baterías no sólo cumplen las expectativas de rendimiento a un coste reducido, sino que también eviten la mayoría de los retos de la cadena de suministro asociados a las tecnologías basadas en el litio”.

Alsym afirma que sus baterías se pueden producir en las actuales fábricas de baterías de iones de litio sin tener que realizar grandes reformas. Además no necesitan los mismos sistemas de seguridad, como salas secas, esclusas contra incendios o sistemas de recuperación de disolventes. La compañía asegura tener un acuerdo con un fabricante de coches en India en el que se comprometen a entregar un mínimo de 3 GWh al año. Y ya está en negociaciones con compañías de transporte marítimo y fabricantes de vehículos eléctricos de dos ruedas.

El callejón sin salida de las baterías de litio

El litio, y otros metales necesarios para la producción de baterías de iones de litio, se han convertido en el nuevo petróleo. El precio de este metal ronda ahora máximos históricos y los expertos piensan que esta tendencia continuará así en el futuro debido a la escasez de oferta  y al aumento de demanda de vehículos eléctricos de los próximos años.

Las ventas mundiales de coches eléctricos e híbridos enchufables alcanzaron la cifra récord de 6,6 millones el pasado año y solo en el primer trimestre de 2022 se llevan vendidas dos millones de unidades. Satisfacer una demanda creciente durante los próximos 10 años nos obligaría a aumentar 20 veces el nivel de producción de litio.

Los investigadores aseguran que si todo sigue esa progresión, en 2040 se podría acabar con todo el litio. Otros métodos como la extracción a partir de sales diluidas en tierra tienen un alto coste contaminante y, a día de hoy, su reciclaje es complicado. Pero aunque fuéramos capaces de encontrar mejores sistemas de reciclaje y nuevos métodos de extracción, la fecha límite para continuar produciendo este metal está puesta en 2100.

Nuevas baterías más sostenibles

Hay muchos cientificos  trabajando con nuevos materiales que han funcionado en baterías experimentales. Se han propuesto baterías de sal, magnesio o de agua de mar que han funcionado en los ambientes controlados de los laboratorios, pero no han llegado a desarrollarse a nivel comercial.

Otra posible solución podría estar en el hidrógeno. Éste es el elemento más común en la Tierra, pero su coste de extracción es alto y no es fácil producirlo sin generar emisiones de gases de efecto invernadero. Esto ha hecho que tenga numerosos detractores, el más ruidoso probablemente sea Elon Musk, que ha dicho que almacenar energía con hidrógeno es “la cosa mas estupida” Pero fabricantes de automóviles como BMW, Toyota o Alpine no están de acuerdo y ya están produciendo coches eléctricos que lo usan. Además, en los últimos años ha habido avances significativos o tanto en la tecnología de extracción como en la voluntad de los políticos de potenciar su desarrollo que podrían traernos hidrógeno ‘verde’ a un precio competitivo en poco tiempo.

Si la nueva batería que ha anunciado Alsym acaba siendo una realidad y hace todo lo que sus creadores prometen, tendremos una nueva herramienta muy poderosa que nos ayude a sustituir al litio. Aunque probablemente una sola solución no acabará con el problema y tengamos que usar una combinación de varias para conseguirlo.

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