Enemigos potenciales del ciclista: La puerta de los carros

Si todas las personas que van a bajarse de un auto miraran hacia atrás para fijarse que no venga un ciclista, entonces este tipo de incidentes disminuirían. Sin embargo, la mayoría, simplemente, no lo hace.

Siempre pensamos que los peligros que acechan a los ciclistas vienen a toda velocidad por mitad de la carretera y esto no siempre es así. Muchas veces nos encontramos con carros parados o estacionados a la espera de que un incauto ciclista se aproxime a sus dominios y en el momento más inesperado y más inoportuno, abran la puerta de dicho carro.  Este tipo de accidente es lo que llamamos “puerta abierta.” La “puerta abierta” es un fenómeno muy común

Llegados a esta situación se pueden dar varias situaciones.

La primera de ellas, es que te dé tiempo a reaccionar, desvíes tu trayectoria y propines un sonoro insulto a la persona que abrió la puerta sin mirar y todo quede en eso (lo más deseable).

Otra variante de esta peligrosa situación, es que al desviar de forma tan inesperada tu trayectoria, ocasione que algún conductor que circule cerca de ti, también se asuste, esto puede desembocar en cualquier cosa, que se quede en varios frenazos, algún golpe etc.

Estas situaciones que hemos descrito son más comunes de lo que pensamos, cualquiera que haya ido en bicicleta por la ciudad seguro que se ha visto envuelto al menos en la primera de las situaciones.
Para evitar este tipo de accidente es necesario poner toda nuestra atención como ciclistas cuando circulamos y evitemos acercarnos a la línea de carros que están parqueados, al menos debemos de dejar medio metro de distancia para evitar que al abrir la puerta nos puedan dar con ella.

Finalmente sino nos da tiempo desviamos nuestra trayectoria, o bien nos empotraremos con la puerta o saldremos volando por encima de la bicicleta en cualquiera de las situaciones saldremos golpeados.

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